El Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía ha presentado hoy esta iniciativa, que se desarrollará en las playas de La Caleta y Camposoto durante los próximos tres años
El proyecto ha sido presentado esta mañana en el Instituto de
Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN-CSIC), coincidiendo que el 17
de febrero fue declarado por la ONU como el Día Mundial de la
Resiliencia del Turismo. Al acto han asistido Antonio Tovar, director
del ICMAN-CSIC e investigador principal del proyecto; José Antonio
Pacheco, subdelegado del Gobierno en Cádiz; Inmaculada Olivero,
delegada territorial de Economía, Hacienda, Fondos Europeos, Política
Industrial y Energía de la Junta de Andalucía en Cádiz; Rocío Sáez,
concejala delegada de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Cádiz; y
Javier Benavente, vicedecano de Ordenación Académica e
Infraestructuras de la Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales de
la Universidad de Cádiz (UCA).
Numerosos estudios científicos ya han confirmado el efecto nocivo
que tienen sobre los ecosistemas marinos determinados
contaminantes asociados a la actividad turística, como las cremas
solares o las basuras plásticas. Sin embargo, se desconoce aún qué
nivel de estrés ecológico son capaces de soportar las costas ante una
excesiva presión turística. TurisDron pretende elaborar índices que
determinen ese umbral, basándose en análisis en tiempo real de
parámetros ambientales, químicos y físicos indicativos de
contaminación. Esta información permitirá a las autoridades tomar
decisiones encaminadas al uso sostenible de la zona.
Para el desarrollo del proyecto, que tiene prevista una duración de
tres años, se han escogido dos playas del litoral gaditano con
características diferentes: La Caleta (Cádiz), representativa de una
playa urbana, y Camposoto (San Fernando), como playa sin urbanizar.
En ellas, se utilizarán tres plataformas de observación, muestreo y
análisis: drones con sensores de última generación, boyas de medidas
en continuo y embarcaciones neumáticas para tomar muestras
ambientales. Las imágenes de drones se someterán a softwares de
aprendizaje profundo para monitorizar el volumen de personas que
hay en las playas. Estos datos se cruzarán con múltiples variables
ambientales analizadas para determinar cuánto estrés ecológico está
ejerciendo el turismo en tiempo real.
En el proyecto participan dos investigadores de la UCA y tres del
ICMAN-CSIC, que es la institución que lidera la investigación. Además,
cuenta con la colaboración de los ayuntamientos de Cádiz y San
Fernando, y de dos empresas andaluzas dedicadas a la fabricación de
tecnología de drones, Dronetools y Atyges.
“Somos conscientes del impacto social y económico que tiene el
turismo de sol y playa en nuestro país. Por eso, el objetivo de esta
investigación no es solo garantizar la preservación y salud de
nuestros ecosistemas costeros, sino también el crecimiento sostenible
de la actividad turística. Queremos evitar que el turismo sea víctima
de su propio éxito”, señala Antonio Tovar, el investigador principal del
proyecto.
TurisDron acaba de iniciar su actividad, y en estos momentos se
encuentra en la etapa de optimización de los métodos analíticos e
instrumentales que se van a embarcar en los drones para su uso en
playas. El resultado final del proyecto será el desarrollo de una
herramienta que se podrá exportar al resto del litoral andaluz y que
será transferida a las administraciones para que puedan evaluar de
forma rápida y precisa el nivel de presión que el ecosistema está
soportando en cada momento.